La familia Ratón
Era una vez una familia de ratones muy valientes y unidos que todos los días jugaba a juntar palabras y así demostrar sus habilidades; entre ellos estaba Felipe, el torero que no tenía miedo a nada incluso al torito loquito, que una vez le doblo el bracito; luego tenemos a la abuelita a quien le decían tatita; a ella le encantaba servir Nescafé en una tetera reluciente; pero, el respeto se lo ganó por la salsa de tomate que era lo más delicioso que preparaba y porque llamaba la atención por sus tacones altos que nunca dejaba de lucir; luego está el primo zorrillo, quien por mucho comer crema de rocoto con tocino…
La última vez, en navidad, todos salieron corriendo eso fue muy gracioso pues se olvidaron de sacar el llavero y no pudieron ingresar de nuevo a la casa y mientras estaban en esas cosas de la vida empezó la llovizna y todos rápido se escondieron en el alero de la casa, Novella la más pequeña de la casa, en la corrida, se había escondido en el ropero y cuando se dieron cuenta comenzaron a llamarla pero ella no quería abrirle las puertas pues sabía que no debía de abrir la puerta a nadie, entonces la tatita le dijo: ¡dádmelo mi llavero hijita! Novella reconoció la voz y abrió la puerta. Así recordaron las travesuras, una de ellas fue de las más curiosas: fue el día que cogió el tinte de la abuela y su cabello rojizo la delató y en otra ocasión cuando quiso recoger la pelota y destrozó el jardín de romero que había, ¡pobres plantitas!- dijeron en aquel momento. Ahora les contaré del último miembro de la familia: el papá Toribio quien una vez creó una biomasa para su trabajo y se ganó los aplausos de todos. Él fue quien tomara la palabra en el día central de la familia. Ese día seguramente recordarán todo aquello que yo les he contado. Así atendamos a nuestra familia y rescatemos lo más importante de ella compartamos cada momento que será inolvidable.
Yuliana Mejía
11 años.
La última vez, en navidad, todos salieron corriendo eso fue muy gracioso pues se olvidaron de sacar el llavero y no pudieron ingresar de nuevo a la casa y mientras estaban en esas cosas de la vida empezó la llovizna y todos rápido se escondieron en el alero de la casa, Novella la más pequeña de la casa, en la corrida, se había escondido en el ropero y cuando se dieron cuenta comenzaron a llamarla pero ella no quería abrirle las puertas pues sabía que no debía de abrir la puerta a nadie, entonces la tatita le dijo: ¡dádmelo mi llavero hijita! Novella reconoció la voz y abrió la puerta. Así recordaron las travesuras, una de ellas fue de las más curiosas: fue el día que cogió el tinte de la abuela y su cabello rojizo la delató y en otra ocasión cuando quiso recoger la pelota y destrozó el jardín de romero que había, ¡pobres plantitas!- dijeron en aquel momento. Ahora les contaré del último miembro de la familia: el papá Toribio quien una vez creó una biomasa para su trabajo y se ganó los aplausos de todos. Él fue quien tomara la palabra en el día central de la familia. Ese día seguramente recordarán todo aquello que yo les he contado. Así atendamos a nuestra familia y rescatemos lo más importante de ella compartamos cada momento que será inolvidable.
Yuliana Mejía
11 años.
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