Hace mucho mucho tiempo, una niña llamada Rosmery paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol de naranja con un cartel que decía: "soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás."
La niña trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendida, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces la niña dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de puras naranjas y muchas toranjas Rosmery estaba muy feliz de encontrar el árbol y cada tarde se iba a jugar con él.
Cuando Rosmeey creció se dio con la sorpresa que su árbol ya no tenía el cartel y ni con las palabras mágicas se abría; entonces, ella muy triste se fue a domar sus animales, cuando en eso ve llegar a su padre: un capitán de la Marina a quien muy atento lo miraba venir con su traje blanco. La niña lloraba como un gotero, ella toda una donita abrazó a su padre y lo llevó a ver su árbol y se dio al sorpesa que habáa una planta llena de tomates grandes y muy rojos; se fue entonces y comenzó a recogerlos. De pronto, logró ver el cartel que decía: "soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás." Muy sorprendida caminaba y se tropezó con un rodillo con el cual logró alzar el cartel y otra vez comenzó a decir las plabras mágicas. Así la niña pudo llevar a todas sus amigas a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas.
La niña trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendida, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces la niña dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de puras naranjas y muchas toranjas Rosmery estaba muy feliz de encontrar el árbol y cada tarde se iba a jugar con él.
Cuando Rosmeey creció se dio con la sorpresa que su árbol ya no tenía el cartel y ni con las palabras mágicas se abría; entonces, ella muy triste se fue a domar sus animales, cuando en eso ve llegar a su padre: un capitán de la Marina a quien muy atento lo miraba venir con su traje blanco. La niña lloraba como un gotero, ella toda una donita abrazó a su padre y lo llevó a ver su árbol y se dio al sorpesa que habáa una planta llena de tomates grandes y muy rojos; se fue entonces y comenzó a recogerlos. De pronto, logró ver el cartel que decía: "soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás." Muy sorprendida caminaba y se tropezó con un rodillo con el cual logró alzar el cartel y otra vez comenzó a decir las plabras mágicas. Así la niña pudo llevar a todas sus amigas a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas.
Micaela Ruiz Moscoso.
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